Para las frías tardes de otoño, el blog hablapolaco.eu recomienda una deliciosa y caliente sopa de verduras. La receta es simple, el sabor exquisito y los ingredientes tienen más que una historia que contar.
VERDURAS
Una de las sorpresas que nos encontramos en la cocina polaca es la coexistencia de los dos términos “warzywa” y “jarzyny” para llamar a las simples verduras. Hoy en día, son prácticamente sinónimos, pero la palabra “warzywa” se usa tres veces más a menudo que “jarzyny”. En el pasado, lo que se llamaba “warzywo” era lo que se “warzyło”, es decir, se cocinaba o necesitaba ser cocinado. “Jarzyna” proviene de la palabra “jary” (primaveral) y significaba cereales sembrados en primavera. Otro nombre con el cual nos referimos a las verduras, y especialmente a las que usamos para hacer caldo para sopa, es “włoszczyzna“, que se traduce libremente como comida italiana. Efectivamente, en la lista de la compra encontraremos muchos nombres que suenan casi idénticos al italiano: “kalafior” – cavolfiore, “fasola” – fagioli, “karczoch” – carciofo, “pomidor” – pomodoro, “cukinia” – zucchina, “brokuły” – broccoli. El mito de que los polacos conocieron estas verduras gracias a la aristócrata milanesa Bona Sforza, que se convirtió en la reina de Polonia en el siglo XVI, se repite comúnmente en muchas publicaciones culinarias e históricas. Según las mismas, fue ella quien trajo a Polonia la costumbre de plantar hortalizas, hasta ahora desconocida en esta parte de Europa. Es cierto que la reina trasladó a su corte muchas de las especialidades de la cocina italiana, pero los polacos se resistieron bastante a estas ideas tan opuestas a su menú tradicional. Las verduras tardaron en llegar a las mesas de los mortales comunes solo dos siglos después. De cualquier manera, algunos nombres italianos se conservaron, pero no todos.
Por ejemplo el nombre polaco de la patata “ziemniak” no es más que una traducción del alemán “der erdeapfel” (manzana de la tierra) o del francés “pomme de terre”. En ambas versiones aparece el sustantivo tierra (en polaco “ziemia”). Vale la pena recordar que dependiendo de la parte de Polonia en laque estemos, comemos: ”ziemniaki” o “kartofle” (esta forma predomina en el sur de Polonia) o “pyry” (en Gran Polonia o en Silesia).
Otros nombres los recibimos de regiones aún más lejanas. La sandía polaca, es decir “arbuz” proviene de la palabra turca “karpuz”. Del mismo modo, la berenjena, cuyo nombre polaco “bakłażan” nos llegó a través del ruso, probablemente deriva del idioma tayiko. Curiosamente, al principio se usaba un nombre diferente para describir esta curiosa verdura: “oberżyna”. Lo cogimos prestado, a través del idioma francés, del catalán “alberginia”, que fue tomado a su vez del idioma árabe (“al badingana”).