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Palabras con historia – Kolędy

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Se acerca la época más mágica del año. El tiempo de alegría y celebración en el círculo familiar. La Navidad. Una de las tradiciones polacas más hermosas de este período es cantar villancicos.

El término “kolęda” deriva del latín calendae que significa primer día del mes. Por lo tanto, tiene el mismo origen que el calendario español (y por supuesto el “kalendarz” polaco).

Las calendas de enero se celebraban con especial solemnidad. Ese día se sacrificaban toros a Júpiter como agradecimiento por su cuidado durante el año anterior. Ovidio recuerda que los romanos se regalaban dátiles, higos y miel, para que el nuevo año fuera dulce y feliz. A principios de la Edad Media, esta antigua costumbre de celebrar el comienzo del año con un pequeño obsequio también fue adoptada por los pueblos eslavos. De aquí que el significado principal de la “kolęda” fuera el de un regalo o de felicitaciones para la familia y los vecinos con la ocasión del año nuevo.

Con la llegada del cristianismo, “kolęda” pasó a significar el tributo obligatorio de los feligreses, recogido por el párroco. Actualmente, las donaciones para las actividades de la iglesia (hoy en día, voluntarias) se entregan al sacerdote en ocasión de la visita pastoral anual a los hogares de los feligreses, generalmente en el período entre la Navidad y el Año Nuevo. Esta costumbre todavía se llama… “kolęda“.

En el sentido de canción de Navidad, la palabra se hizo popular relativamente tarde, solo en la segunda mitad del siglo XIX. Anteriormente, se usaban términos como “kantyczka” (del latín “canticum” canto) o “rotula” (un pequeño poema religioso).

Además de “kolędy” en las iglesias polacas, también se pueden oír “pastorałki”, unas canciones en general menos serias, muy animadas y alegres, derivadas del folclore polaco.

El villancico polaco más antiguo conservado, que data del 1424, comienza con las palabras Zdrów bądź, królu anielski. Lo podéis escuchar aquí.

El patrimonio cultural polaco incluye más de 500 villancicos y cantos pastorales, y todavía se están creando nuevos. ¿Quieres conocerlos? Visita la página web: https://www.koledypolskie.pl/ o… mejor aún, visita una casa polaca en el periodo navideño. Seguro que no faltarán.

Glosario médico – parte 1

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El otoño está por aquí y con él la temporada de gripe. Si siente que le pica la garganta o le duelen los huesos, envuélvase en una manta calentita, prepárese una taza de té con sirope de frambuesa, siéntese y lea la primera parte de nuestro pequeño glosario médico.

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A de “angina

Como tantos otros nombres clínicos, éste también suena muy parecido en español y polaco. ¡Ojo! En polaco, esta palabra está en singular (“angina” y no *”anginy”).

B de “biegunka” o diarrea

Su nombre en polaco proviene de la palabra “biegać” o correr… y probablemente no necesitamos explicar el por qué.

C(h) de “choroba” o enfermedad

Aunque pueda parecer que las voces “choroba” y “joroba” tienen mucho en común (se pronuncian igual), en realidad provienen de dos fuentes diferentes. La palabra española “joroba” es un préstamo del idioma árabe, y la enfermedad polaca se deriva del idioma protoeslavo.

D de “doktor

El título “doktor” en polaco no tiene equivalente femenino. Para indicar que estamos hablando de una doctora, podemos agregar la palabra señora (“pani”). Decimos: (pan) doktor Kowalski y (pani) doktor Kowalska. Al acortar este título, no utilizamos el punto al final ni la mayúscula (dr Kowalski, dr Kowalska).

E de “erka“, el nombre coloquial de una ambulancia de reanimación

No todas las ambulancias que vemos atienden a un accidente grave. En Polonia, para distinguir los tipos de estos vehículos los marcan con una letra apropiada de acuerdo con su uso previsto, por ejemplo “T” para transporte, “P” para ayuda básica (“podstawowa”). La llamada “erka”, sin embargo, tiene la letra “S” en su costado. ¿Por qué? Esto está relacionado con el cambio de terminología después del año 2010, cuando “erka” dejó de ser “erka” y pasó a ser “eska”. El lenguaje coloquial, sin embargo, aún no ha seguido el ritmo de este cambio.

F de “farmacja“, ¿es decir…?

Sí, muy bien: un campo de estudio en las universidades médicas. El lugar donde compramos medicamentos en polaco se llama: “apteka”. La persona que trabaja en la farmacia es un “farmaceuta”. Algunos clientes (especialmente los mayores) se refieren al farmacéutico como: “pani magister” (a la mujer), “panie magistrze” (al hombre). “Magister” es un licenciado, pero en este caso es un título más tradicional que real.

G de “grypa

Es un préstamo francés en polaco y en español. El polaco se lo debe a los emigrantes que lo usaron en cartas enviadas desde París en el siglo XIX. Los franceses, por otro lado, probablemente tomaron prestado el nombre “grippe” del alemán y los alemanes, a su vez, de los rusos (en ruso хрип o “chrypa” significa, como también en polaco, ronquera). Es fascinante como una palabra eslava pudo extenderse, casi como el virus al que describe, por varios países europeos, y solo luego entrar en el diccionario polaco, al que siempre pertenecía.

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La próxima vez hablaremos de los efectos beneficiosos del sirope de frambuesa y de la leche con miel sobre el catarro (“katar”) y la tos (“kaszel”). Hasta entonces: ¡cuídese!

Mówić

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Los extranjeros que aprenden polaco quieren hablar este idioma lo antes posible. Pero, en polaco, el habla tiene muchos nombres. ¿Cuáles son? Veamos…

MÓWIĆ

Esta palabra proviene del protoeslavo *mlviti, que originalmente significaba hacer varios ruidos. Con el tiempo, adquirió su significado actual, que es simplemente: usar palabras para comunicar pensamientos y experiencias o información. Por eso, a veces nos referimos al idioma polaco con la expresión: “polska mowa” (el habla polaca).

Curiosamente, el verbo “mówić” y el adjetivo que proviene de él “niemy” (mudo) se asocian con el nombre de Alemania y sus habitantes: “Niemcy”. Sencillamente, son personas que no hablan (el idioma eslavo).

GADAĆ

Si alguien le está molestando, puede decirle brevemente: “Nie chce mi się z tobą gadać“. Es una cita literal de una de las películas más populares de los años 90, “Psy” (“Perros“) del director Władysław Pasikowski. Esta frase, que ha entrado en nuestras conversaciones de forma permanente, significa literalmente: no tengo ganas de hablar contigo. El verbo usado en ella: “gadać” es la forma coloquial de un más elegante “mówić“.

La palabra “gadać” originalmente significaba: adivinar, predecir, suponer. Hoy en día es básicamente un sustituto de “mówić“, pero recuerde que solo la usamos en una conversación con amigos o familiares y no en un contexto más formal (por ejemplo, en el trabajo).

Gadać” tiene muchas variantes interesantes, por ejemplo “dogadać się” que significa llegar a un acuerdo o “wygadać się”, delatar un secreto o quejarse. También alguien le puede “zagadać”, es decir, aburrirle con sus largos discursos.

Pero en Silesia, la palabra “godoć” simplemente significa hablar, de ahí que el nombre oficial del dialecto de esta región sea “ślonsko godka”.

ROZMAWIAĆ

Tenga en cuenta que el verbo “mówić” generalmente se refiere a una situación en la que una sola persona está comunicando algo. En un contexto de diálogo o conversación, usamos la palabra “rozmawiać“. Para entender la diferencia entre los dos verbos, comparemos estas oraciones:

“Lubię mówić po polsku.”

Me gusta hablar polaco.

“Lubię rozmawiać z nim.”

Me gusta hablar con él.

Lugares lejanos

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Los ingleses tienen su “middle of nowhere”, los portugueses “onde Judas perdeu as botas”, los españoles “el quinto pino”. ¿Qué expresión usan los polacos para describir algo que está muy lejos? Bueno, tenemos varias para elegir.

Detrás de siete montañas, detrás de siete bosques… así es como suelen comenzar los cuentos de hadas y las leyendas polacas, que describen eventos milagrosos y mágicos y aventuras fascinantes. Sin embargo, los polacos no siempre asocian positivamente los lugares distantes y usan para describirlos expresiones poco cordiales.

La primera de ellas, donde el diablo dice buenas noches (“tam gdzie diabeł mówi dobranoc“), describe un lugar muy lejano y al mismo tiempo olvidado, desatendido. En la base de su creación estaba seguramente la imagen del diablo como un ser que vive en el infierno, es decir, en algún lugar muy lejano, adonde no queremos ir.

Por otro lado, un sitio donde los pájaros (cuervos) dan la vuelta atrás (“tam gdzie ptaki (wrony) zawracają“) no solo es difícil de encontrar, sino que el viaje ni siquiera vale la pena. Es un lugar solitario y poco interesante. Acerca de un pueblo similar, podemos decir de manera más coloquial que es un agujero tapiado (“dziura zabita deskami“) o agujero de pato (“kaczy dół“); allí nunca sucede nada.

Allí donde crece la pimienta (“tam gdzie pieprz rośnie“) tampoco iremos por nuestra propia voluntad. Esta expresión significa muy lejos, precisamente, lo más lejos posible. Viene del alemán (“Wo der Pfeffer wächst”) y habitualmente acompaña al verbo huir. Ahí es donde vamos cuando nos metemos en problemas y necesitamos escondernos para que no nos encuentre nadie.

Palabras con historia – dziecko

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Hoy, 1 de junio, celebramos en Polonia el Día del Niño (Dzień Dziecka). En esta ocasión, echemos un vistazo a la palabra “niño”.

Según la profesora Katarzyna Kłosińska de la Universidad de Varsovia, la palabra original para un niño… no existía. Sí, había una palabra “ta *dzieć” pero era un sustantivo colectivo (como la fraternidad o la gente). Nuestros antepasados no necesitaban una palabra para llamar a un niño, porque los niños simplemente no eran vistos como individuos. Solo se veía a un grupo de personas pequeñas, ocupadas principalmente en succionar la leche materna, como lo demuestra el origen de la palabra de los formantes protoeslavos * dhē- y * dhoi-. Estos formantes sobrevivieron hasta el día de hoy en el verbo “doić” (ordeñar). Así, el significado original de la palabra “*dzieć” es: el que está ordeñando, es amamantado. A partir de la forma “*dzieć”, se crearon el adjetivo “dziecki” (infantil) y su variante neutro: “dziecko”, que seguimos usando hoy en día para nombrar a una persona joven.

El sustantivo colectivo “*dzieć” ya no se usa, pero queda de él cierta confusión con la forma plural de la palabra “dziecko”. De acuerdo con todas las reglas de declinación de los sustantivos neutros, su plural debería verse así: “*dziecka” (compárese: piwo/piwa, okno/okna). Desafortunadamente, este no es el caso. Siento comunicaros que en el polaco moderno seguimos usando el plural de la forma ya inexistente “*dzieć” y no de la existente palabra “dziecko”. De allí su plural: “dzieci” que parece irregular. Parece, pero no lo es. Es un plural regular, ¡pero de otra palabra! :)

Dicho esto… deseamos a todos los niños, grandes y pequeños, muchas razones para sonreír, ¡y no solo hoy!

 

(las formas señaladas con * ya no existen en el polaco moderno)

Palabras con historia – bezpieczny

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A veces puede parecer que el idioma español y el idioma polaco no tienen nada en común: una escritura extraña, las palabras más simples que se asemejan a trabalenguas, una gramática incomprensible… Sin embargo, una mirada es suficiente para encontrar sonidos o palabras familiares. Y si investigamos más, resulta que tenemos mucho más en común de lo que imaginamos.

Este es el caso del adjetivo “bezpieczny” (seguro).

La palabra “bezpieczny” en polaco se conoce desde el siglo XV. Viene de la expresión “sin atención, sin cuidado, sin vigilancia” (“bez” – privado, “piecza” – vigilancia, cuidado). Por tanto, el significado actual de esta palabra puede resultar sorprendente: algo que se deja desatendido no es seguro en absoluto, por el contrario, está expuesto a muchos peligros. Inicialmente, la palabra se usó para denotar a alguien despreocupado, de ahí que se desarrolló el significado de descuidado, imprudente y valiente. Sin embargo, su connotación se expandió gradualmente y en el siglo XVII llegó a significar no amenazado y no amenazante. Como resultado de este proceso, el adjetivo “bezpieczny” empezó a usarse para describir a una cosa/una persona a salvo del peligro, es decir, a la que se puede dejar desatendida.

Respecto a la etimología de esta palabra, lo más probable es que se haya tomado prestada del checo: “bezpečný”. Y aquí la cosa se pone interesante, porque los checos crearon esta palabra siguiendo el modelo del latín “securus” (“se” – privado, “cura” – vigilancia, cuidado). ¿Suena familiar? Debería. La palabra latina tuvo éxito no solo en las lenguas eslavas (ucraniano: безпечний, eslovaco: bezpečný) o germánicas (alemán: sicher, danés: sikker), sino, obviamente, también en las lenguas romances (italiano: securo , francés: sécurisé) y naturalmente español: seguro.

Creedme, hay muchas palabras similares en polaco que, aunque pueden parecer a años luz del español, de hecho, tienen muchísimo en común.

Las cuatro estaciones – invierno

CZEŚĆ!

Si el termómetro en el exterior de la ventana muestra que la temperatura está peligrosamente cercana a cero, en los anuncios de la tele empiezan a sonar campanillas y el mecánico ya ha llamado dos veces para recordarles que reemplacen los neumáticos de verano, esto significa que el invierno está a la vuelta de la esquina.
Así que ya es hora de sacar gorros y guantes del armario, abastecer la cocina de miel, especias para el pan de jengibre y vino caliente, sentarse a ver el maratón de películas navideñas (Solo en casa 1, Solo en casa 2 …). Y, por cierto, leer sobre el invierno polaco soñando con una navidad blanca.

El nombre de la última temporada no podría ser más claro: invierno (“zima“) es la época en la que hace frío (“zimno”) afuera. Pero, ¿de dónde vienen los nombres de los meses de invierno?

El nombre del mes de diciembre, “grudzień” proviene de la palabra “gruda”, que significa simplemente terrón de tierra helada. Diciembre es una época en la que el campo está cubierto con los terrones de barro congelados. Vale la pena recordar también la frase relacionada con esta palabra. Cuando queremos decir que a alguien se le hace algo cuesta arriba en polaco diremos “idzie jak po grudzie” (literalmente: algo se mueve como por el terrón), es decir avanza con dificultad, causa dificultades, como caminar sobre un terreno irregular o trabajar en un campo helado.

En el caso de enero, el origen del nombre ya no es tan inequívoco como lo fue con diciembre. El nombre “styczeń” puede venir del verbo tocar (“stykać”) ya que es entonces cuando el año viejo y el nuevo “se tocan” y “se encuentran”. Otra hipótesis menciona “tyki”, postes o palos largos que se utilizan para sostener las plantas como judías o tomates. En enero no hay mucho trabajo en el campo y los agricultores utilizaban este tiempo para preparar los postes para que estuvieran listos llegada la primavera. La tercera teoría menciona la palabra “siekać” (cortar) como origen para el nombre “styczeń” relacionando el término con la tala de árboles.

El adjetivo “luty” en polaco antiguo significaba severo o agudo y de ahí el nombre del segundo mes del año; después de todo, febrero suele ser muy frío. Un conocido proverbio polaco dice: “Luty: kuj buty” (febrero: calza tus zapatos) o bien prepárate para las heladas severas. El segundo mes del año tuvo otros nombres en el pasado. Se le conocía como “gromnicznik” (de la fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria celebrada el 2 de febrero) y “mięsopustnik” (de la palabra “mięsopust” – fin del carnaval/comienzo de la cuaresma).

Interesante

CZEŚĆ! (3)

En el post de hoy, solo trataremos una palabra. ¿Es posible? Pues sí, porque la palabra en cuestión es:

interesante

¿Qué tiene de interesante la palabra interesante (“ciekawy”)? Empecemos por su origen. El adjetivo “ciekawy” deriva del verbo “ciekać” (del proto-eslavo *těkati) que significa “correr rápido, apresurarse, precipitarse“. El verbo “ciekać” todavía se usa, con desprecio, en la región de Łódź para referirse a caminar rápido. En polaco estándar, muchas otras palabras provienen de la misma raíz, por ejemplo, los verbos “uciekać” (huir) y “przeciekać” (filtrar), los sustantivos “wycieczka” (excursión) o “ścieki” (alcantarillado). Y también el adjetivo “ciekawy“, que inicialmente describía a alguien o algo rápido (un cobarde tiene piernas interesantes = rápidas, tiempo interesante = tiempo que pasa rápido). A partir del siglo XVIII cambió ligeramente su significado para describir a alguien precipitado (en sus acciones siempre fue interesante = impetuoso), y luego a alguien de ingenio rápido, entusiasta. De este último, estamos a solo un paso del significado actual de la palabra: curioso, interesado e… interesante.

¿Cómo usar esta palabra? Al igual que en español, podemos decir “to bardzo ciekawy film” (es una peli muy interesante), pero también “jestem ciekawy, jak ta książka się skończy” (tengo curiosidad de cómo terminará este libro).

Cabe mencionar que en el diccionario de la lengua polaca también encontraremos la palabra “interesujący” (interesante). Es un sinónimo de la palabra “ciekawy” pero se considera más elegante y culto. Además, cuando queremos felicitar a alguien por ser una persona que merece la pena conocer, es mucho mejor usar la palabra “interesujący“, porque “ciekawy” tiene el mismo significado ambivalente que la palabra española: curioso (Anna es una persona curiosa suena bastante ambiguo).

Interesante, ¿no?

Días de la semana

CZEŚĆ!

En muchos idiomas europeos, los nombres de la semana están asociados con los nombres de los planetas y otros cuerpos celestes, por ejemplo, montag (el día de la Luna) en alemán, martedí (el día de Marte) en italiano, miércoles (el día de Mercurio) en español o Sunday en inglés (el día del Sol). En muchos países eslavos estos nombres se ven bastante diferentes.

¿Por qué?

La respuesta a este misterio hay que buscarla en los tiempos de la cristianización de las tierras eslavas. Los nombres latinos les parecían demasiado “paganos” a los primeros misionarios. Provenían indirectamente de los nombres de las deidades como Venus, Júpiter o Marte, y en versión germánica de Thor o Frigg. Por lo tanto, para erradicar todo tipo de tradiciones paganas, los misioneros decidieron sustituirlos por otros relacionados más con el día santo, es decir, el domingo.

DOMINGO – NIEDZIELA

Aunque la mayoría de nosotros tratamos el lunes como el primer día de la semana, en la tradición cristiana la semana comienza con el domingo. Es el día más importante, el de la resurrección de Cristo, por lo que los nombres de los otros días dependen de ello. El nombre “niedziela” proviene de ne dělatĭ, que en el idioma de nuestros antepasados significaba un día en el que no se trabaja (nie działa).

LUNES – PONIEDZIAŁEK

Po-niedziałek es el día que llega después (“po”) al domingo (“niedziela”).

MARTES – WTOREK

El martes es el día “wtóry”, es decir, el segundo, por supuesto a partir del domingo. “Wtóry” como palabra ya es un arcaísmo en el idioma polaco moderno, pero sus huellas aún se pueden encontrar en las palabras secundario (“wtórny”) o repetir (“powtórzyć”).

MIÉRCOLES – ŚRODA

Anteriormente “średa”, es el día en el medio de la semana (“w środku”, en medio). Así lo llaman también los alemanes (Mittwoch).

JUEVES – CZWARTEK

El jueves es el cuarto (“czwarty”) día siguiente al domingo…

VIERNES – PIĄTEK

…Y el viernes es el quinto (“piąty”).

SÁBADO – SOBOTA

Ciertamente la mayoría de estos nombres les pueden parecer muy extraños a los hispanohablantes, pero “sobota” ya suena más familiar. El nombre de este día, igual que del domingo, se refiere a tradiciones religiosas. Esta vez, sin embargo, es la tradición judía. El sábado se celebra el sabbat, de ahí el nombre que hace referencia a esta festividad. Exactamente igual que en español.

¡Aaachús! Na zdrowie!

En el post de hoy volvemos a la etiqueta lingüística. En la entrega anterior, hablamos un poco sobre las tres palabras mágicas: “dziękuję” (gracias), “przepraszam” (perdón) y “proszę”(por favor). Así que es hora de otra expresión muy útil: “Na zdrowie!“.

Smacznego!

La palabara más común que comienza una comida en Polonia es “smacznego“, que podemos traducir literalmente como ¡qué te sea sabroso!, o bien ¡qué aproveche!. A veces puede sustituirlo otro augurio: “Na zdrowie!“. Y no, no tiene por qué ser una comida “nakrapiana” (salpicada), es decir, acompañada de alcohol. Tanto “Na zdrowie!” como “Smacznego!” son simplemente una versión abreviada de la oración o bendición que solía comenzar cada comida.

En cuanto a levantar ese grito antes de consumir alcohol, ante todo hay que admitir que nuestros antepasados ​​tenían sus propias opiniones, ahora muy controvertidas, sobre lo que trae salud y lo que la daña. Según muchos, el alcohol era muy beneficioso. Por esta razón se bebía “por la salud” de la persona que hacía el brindis, pero también de otras personas presentes. Incluso hoy, podemos escuchar en ocasiones especiales los brindis a ¡la salud de los invitados! o a ¡la salud de los anfitriones!.

A psik! (¡Aaachús!)

La respuesta instantánea de nuestros lectores a este subtitular es sin duda salud o jesús. ¿Y qué hay que decir cuando alguien estornuda frente a nosotros en Polonia? Las guías de savoire vivre contemporáneas recomiendan que simplemente permanezcamos en silencio y no comentemos al respecto de ninguna manera. Sin embargo, entre familiares o amigos, la reacción más común y tradicional es el viejo “Na zdrowie!“, “Zdrówko!“, “Sto lat” (¡Cien años!), “Wiwat!” (¡Viva!), “Pomyślności!” (¡Buena suerte!).

La costumbre de decir “Na zdrowie!” como reacción al estornudo de alguien fue introducida en la Edad Media por el Papa Gregorio el Grande. Se suponía que esta frase “conjuraba” enfermedades, como una profecía autocumplida. Desear buena salud a alguien aseguraba la salud a los “estornudantes” y los “deseantes” ;).

Resumiendo, si estornudamos en compañía de parientes polacos o amigos cercanos, seguramente escucharemos uno de los deseos anteriormente mencionados.

Es suficiente con decir “dziękuję” (gracias).