El viernes 13 es una fecha que los polacos miran con cierto temor. Como dice la canción “este día cualquier cosa puede pasar” y eso nunca es un buen augurio. Por eso nos parece una fecha excelente para recordar cómo se evita la mala suerte en Polonia.
¿Cómo engañar a la mala suerte?
En Polonia, tenemos supersticiones para todas las ocasiones. Hay algunas que sirven para evitar la pérdida de dinero. Es por eso que a los hombres no se les permite silbar en casa (porque soplarán el dinero fuera de la casa) y a las mujeres no se les permite poner los bolsos o los monederos en el suelo (porque el dinero huirá de ellos). Para no perder la inteligencia y no comprometer tu mente, nunca debes coser un botón en la camisa que llevas puesta (porque entonces puedes “coser” tu mente). Y para que alguna bruja no lance un hechizo maligno sobre tu hijo, conviene atar una cinta roja junto a su cochecito o cuna, para que llame su atención. Para no discutir con tu amigo, no debes darle la mano a través del umbral de la casa, y si deseas un matrimonio armonioso, tienes que casarte en el mes que tiene una “r”. Y en polaco son solo seis: marzec (marzo), czerwiec (junio), sierpień (agosto), wrzesień (septiembre), październik (octubre), grudzień (diciembre).
Existe por otra parte un gran número de reglas generales que dictan cómo pasar tu día a día evitando la mala suerte. Primero, levántate siempre de la cama con el pie derecho. Si está lloviendo fuera de la ventana (lo que significa que alguien había matado a una araña…), al recoger un paraguas, recuerda no abrirlo dentro de la casa. Cuando un gato negro se interponga en tu camino, mejor cambia la solita ruta por otra. Cuando tus compañeros de trabajo te deseen éxito durante una presentación importante, no les des las gracias o puede que te la gafen. Y si tu jefe se da cuenta de que un proyecto en el que estás trabajando va bien, toque madera sin barnizar. Si te has olvidado algo al salir del trabajo, ¡se siente!, ni siquiera pienses en regresar. Interrumpir tu viaje es lo peor que puedes hacer. Y por fin, en tu casa, nunca pongas tus zapatos sobre la mesa.
Independientemente de que alguien en el mundo moderno crea realmente en el poder del trébol de cuatro hojas o en la sal esparcida, las supersticiones continúan penetrando en nuestra lengua. Y así todavía podemos escuchar muchas declaraciones propias de la forma mágica de pensar, por ejemplo:
– “wstał lewą nogą” (se ha levantado con el pie izquierdo), de alguien brusco y de mal humor;
– “nie dziękuję” (no digo gracias) en respuesta al deseo de éxito;
– “tfu, tfu, tfu” (como un escupitajo) cuando no queremos que suceda algo que acabamos de decir;
– “obziorał mi” o “obżałował mi” cuando sospechamos que alguien nos deseó mala suerte por envidia (p.ej. Tengo que llevar mi nuevo coche al taller. Alguien me lo “obziorał”).