Después de un descanso de casi dos meses, nos gustaría darle la bienvenida nuevamente a nuestro blog dedicado al idioma polaco. Pero ¿cómo hacerlo para no meter la pata? ¿Es posible que el idioma polaco sea un verdadero campo de minas desde el primer saludo? No se preocupe, aquí estamos nosotros para guiarlo de manera segura.


 Por cierto, le invitamos a leer el “Manual de conversación polaco-español”, centrándose hoy en el apartado “saludos”, que está en el mismo ámbito que la presente entrada del blog.
breve manual de conversación polaco español

 

La vertiginosa carrera de la palabra “witam”

El idioma polaco ofrece una amplia gama de saludos, desde un “cześć” informal, pasando por un “hejka” juvenil, un “serwus” juguetón (y un pelín pasado de moda), hasta un “dzień dobry” o un “dobry wieczór” más formales. En el pasado, no hace mucho tiempo, cada uno de estos saludos estaba reservado para un tipo específico de interacción. Usamos un saludo diferente para un hermano o un amigo, otro para un vecino o un compañero de trabajo, y otro para un profesor o un jefe. Con la progresiva democratización del discurso público, el desarrollo de los medios de comunicación y el acortamiento de la distancia en los contactos sociales, la lengua polaca se enfrentó a la necesidad de desarrollar una forma intermedia entre un “cześć” muy informal y un “dzień dobry” demasiado formal. La elección recayó en la palabra “witam” (bienvenido/a). Por su brevedad atrajo a los más jóvenes. El resto de los polacohablantes se sintieron más seguros sin la necesidad de decidir con precisión qué grado de intimidad les conecta con su interlocutor.

Controversia

Sin embargo, junto con la difusión de “witam”, especialmente en la televisión, la radio y la correspondencia electrónica, surgieron voces de oposición. El escritor Michał Rusinek anunció incluso que no respondería a los correos electrónicos que comenzaran con un “witam”. ¿De dónde viene tanto disgusto?
El antiguo “witam” no era una palabra tan neutral como ahora se la quiere presentar. Su uso era más bien específico: los anfitriones la usaban para dirigirse a sus invitados, dándoles la bienvenida a su casa. Por lo tanto, fieles a esta tradición, podemos saludar con un “witam” a alguien que se nos está acercando, pero no al revés.
Otro argumento en contra del uso indiscriminado de esta forma es el hecho de que el derecho para usarla estaba reservado a una persona de cargo o importancia superior. Es así como saludaba un profesor a un estudiante, una persona mayor a una más joven, un jefe a su subordinado.
Y lo que es más, el saludo en cuestión era la expresión de la alegría por el encuentro. Como tal, parece absolutamente inapropiado en algunas ocasiones como juicios o funerales.

“Witam” o no “witam”?

Esa es la cuestión. El profesor Mirosław Bańko, lingüista y experto en etiqueta y norma lingüística, resumió así todo el asunto:

(…) especialmente entre los jóvenes, este saludo es común y aparentemente cumple su función. Su popularidad se ha explicado de varias maneras, incluso por el deseo de refrescar el lenguaje, la búsqueda de la máxima expresión, además de la comodidad: “witam”, funciona en cualquier momento, no te compromete con la hora del día, ni con la edad ni el género del destinatario. Por supuesto se trata de una palabra comodín, pero si en algún contexto a la gente no les importa usar las palabras comodín, es un asunto suyo”.

Ya lo han escuchado: la decisión recae en el usuario, que es el mayor experto en temas lingüísticos, siempre y cuando tome sus decisiones conscientemente.

Nosotros volvemos a darle la bienvenida a nuestro blog, como a un viejo amigo:

Dzień dobry! Serwus! Cześć!