En el post de hoy volvemos a la etiqueta lingüística. En la entrega anterior, hablamos un poco sobre las tres palabras mágicas: “dziękuję” (gracias), “przepraszam” (perdón) y “proszę”(por favor). Así que es hora de otra expresión muy útil: “Na zdrowie!“.
Smacznego!
La palabara más común que comienza una comida en Polonia es “smacznego“, que podemos traducir literalmente como ¡qué te sea sabroso!, o bien ¡qué aproveche!. A veces puede sustituirlo otro augurio: “Na zdrowie!“. Y no, no tiene por qué ser una comida “nakrapiana” (salpicada), es decir, acompañada de alcohol. Tanto “Na zdrowie!” como “Smacznego!” son simplemente una versión abreviada de la oración o bendición que solía comenzar cada comida.
En cuanto a levantar ese grito antes de consumir alcohol, ante todo hay que admitir que nuestros antepasados tenían sus propias opiniones, ahora muy controvertidas, sobre lo que trae salud y lo que la daña. Según muchos, el alcohol era muy beneficioso. Por esta razón se bebía “por la salud” de la persona que hacía el brindis, pero también de otras personas presentes. Incluso hoy, podemos escuchar en ocasiones especiales los brindis a ¡la salud de los invitados! o a ¡la salud de los anfitriones!.
A psik! (¡Aaachús!)
La respuesta instantánea de nuestros lectores a este subtitular es sin duda salud o jesús. ¿Y qué hay que decir cuando alguien estornuda frente a nosotros en Polonia? Las guías de savoire vivre contemporáneas recomiendan que simplemente permanezcamos en silencio y no comentemos al respecto de ninguna manera. Sin embargo, entre familiares o amigos, la reacción más común y tradicional es el viejo “Na zdrowie!“, “Zdrówko!“, “Sto lat” (¡Cien años!), “Wiwat!” (¡Viva!), “Pomyślności!” (¡Buena suerte!).
La costumbre de decir “Na zdrowie!” como reacción al estornudo de alguien fue introducida en la Edad Media por el Papa Gregorio el Grande. Se suponía que esta frase “conjuraba” enfermedades, como una profecía autocumplida. Desear buena salud a alguien aseguraba la salud a los “estornudantes” y los “deseantes” ;).
Resumiendo, si estornudamos en compañía de parientes polacos o amigos cercanos, seguramente escucharemos uno de los deseos anteriormente mencionados.
Es suficiente con decir “dziękuję” (gracias).