CZEŚĆ! (1)

La división del año en doce meses llegó a Polonia en el siglo X, con su conversión al cristianismo. Anteriormente, el tiempo fue determinado por el ritmo de trabajo en el campo y los cambios en la naturaleza. Sin embargo, con la llegada del calendario juliano, dividido en doce meses, con sus sonidos extraños como ianuarius, februarius, martius, etc., nuestros antepasados decidieron reemplazarlos con invenciones propias.

Con este nuevo ciclo sobre las estaciones, volvemos al terreno pantanoso de la etimología que, sin embargo, puede ayudarnos a entender mejor las voces polacas relacionadas con el calendario. Si echaba de menos las referencias al idioma protoeslavo, aquí las encontrará en abundancia :). La mayoría aplastante de los términos usados hoy en día para denotar las estaciones o los meses se refieren precisamente a la vida de nuestros antepasados ​​y sus observaciones de la naturaleza.

Światem zaczęła rządzić jesień. Topi go w żółci i czerwieni… 

El otoño comenzó a gobernar el mundo, ahogándolo en amarillo y en rojo…

/Agnieszka Osiecka/

La palabra „jesień” (otoño) proviene del protoeslavo *osenь y significaba tiempo de cosecha. Los nombres de los meses de otoño también se refieren al trabajo del campo o cambios en la naturaleza.

El primer mes de otoño – „wrzesień” (septiembre) proviene de los brezos que florecen en esa época. Septiembre también tenía otros nombres:  „pajęcznik” („pająk” – araña), de los finos hilos de telaraña llevados en este período por el viento, y „jesiennik”, porque anunciaba el comienzo del otoño.

Październik” (octubre) viene de la palabra paja y del período del descortezado del lino y del cáñamo. Había también otra forma para llamar el décimo mes: „winnik” proveniente de la palabra „wino” y la vendimia.

En una entrada anterior mencionamos ya la etimología de la palabra „listopad” (noviembre). Como en otros casos, el nombre alude al mundo de la naturaleza. „List-opad” es el mes en el que las hojas („listy”) caen („opadają”) de los árboles.