CZEŚĆ! (4)

Hay un dicho sobre el mes ruteno, que cuando amenazan a alguien con una paliza o un castigo, dicen: lo recordarás un mes ruteno (es decir, durante mucho tiempo).

Este proverbio proviene del hecho de que en la antigua Rutenia Roja (una tierra histórica, ahora en la frontera de Polonia y Ucrania) estaba en vigor el calendario juliano y no, como en el resto de las tierras polacas, el calendario gregoriano. Según el primero, el 1 de enero llegaba unos cuantos días más tarde. Cada mes subsiguiente terminaba más tarde. Por supuesto, también empezaba más… tarde, pero si uno no quería recordarlo, era fácil tener la ilusión de que el mes ruteno duraba… más. Por esta razón, el término mes ruteno entró en el idioma polaco y comenzó a referirse, en sentido figurado, a un periodo excepcionalmente largo. Junto con él aparecieron las frases: “czekać na coś ruski miesiąc” (esperar algo un mes ruteno), “robić coś ruski miesiąc” (tardar en hacer algo un mes ruteno) y, sobre todo, “pamiętać ruski miesiąc” (recordar algo durante un mes ruteno, es decir, recordar el castigo durante mucho tiempo, sufrir algo de forma aguda y prolongada). Del mes ruteno al año ruteno hay solo un paso. Es una vez en un año ruteno (“raz na ruski rok”) nos permitimos comprar algo extremadamente caro o quedamos con viejos amigos.

Otra expresión para algo que sucede solo de vez en cuando es: (cuando suene) la gran campana (“od wielkiego dzwonu”). Se refiere a la costumbre de tocar las campanas de las iglesias por eventos especiales. Un buen ejemplo de una campana, que hoy en día suena solo en las celebraciones más importantes es la Campana de Segismundo en la Catedral de Wawel de Cracovia. Hay más o menos treinta ocasiones de este tipo al año, incluido el día de Año Nuevo, Domingo de Ramos, Pascua, día de la Constitución del 3 de mayo, Corpus Christi, día de Todos los Santos, día de la Independencia de Polonia y Navidad. Además, “El Segismundo” suena en momentos cruciales para Cracovia, Polonia y el mundo entero, en los últimos años, entre otros: después del incendio de la Catedral de Notre-Dame en París o durante las oraciones por el fin de la pandemia COVID-19.